Compras compulsivas

Todos compramos. Vivimos en una sociedad consumidora en la que cualquier ocasión es perfecta para regalar y regalarse cualquier cosa. Ahora, más que nunca, es mucho más fácil con ofertas de compras online por internet las 24 horas del día, sin moverse de casa y con fáciles pagos mediante tarjetas de crédito.

Son muchas las personas que pierden el control de sus gastos y aunque en la mayoría de los casos se trata de ocasiones puntuales, en otros, el descontrol de sus compras se mantiene como un comportamiento recurrente. Estos consumidores compulsivos son capaces de gastar más de lo que tienen y poner en peligro el bienestar y la estabilidad de su vida y su entorno.

La compra compulsiva se define como un deseo incontrolable de comprar que se traduce en una inversión de gran cantidad de tiempo y dinero. La excitación que experimenta un comprador compulsivo es comparable a la excitación que experimenta una persona con adicción al juego, al sexo o a drogas. En la compra compulsiva, lo más importante es la excitación y el placer que la persona experimenta en el acto de comprar en sí, no tanto en el objeto que se adquiere. De hecho, suelen ser compras para uno mismo u otros, de cosas que no se necesitan, que son repetidas o que no tienen ningún uso, Así, la persona emplea el acto de comprar como una herramienta para gestionar un malestar previo. En general, la persona compra de forma compulsiva en respuesta a emociones negativas que experimenta y que alivia temporalmente mediante dicha compra. Esto es, me siento triste, agobiado, inquieto, vacío o aburrido, compro para distraerme, animarme y sentirme un poco mejor. Además, la publicidad apela directamente a nuestras emociones de un modo del que no siempre somos conscientes. Cuando compramos por impulso, haciendo caso sólo a esa parte emocional, puede que acabemos llevándonos a casa algo que no necesitamos.

El bienestar y excitación se experimentan durante el momento de la compra, y en los momentos previos e inmediatamente posteriores a ésta. Pero a este efímero placer le siguen remordimientos, sentimientos de culpabilidad, disputas con la familia, o sentimientos de tristeza y ansiedad, que les conducen a volver a comprar para volver a apaciguar este malestar.

Este tipo de problema está categorizado por los especialistas en salud mental como un Trastorno del Control de los Impulsos en el que la principal característica es la Impulsividad o Acto irreflexivo que lo domina.

 

ETAPAS DE LAS COMPRAS COMPULSIVAS

  1. Anticipación: inicio de los pensamientos y deseos de comprar (puede enfocarse en un

producto concreto o en el acto de comprar).

  1. Preparación: se realiza la toma de decisiones (analizar y debatir dónde y cuándo se va a

realizar la compra)

  1. Compra: fase de máxima excitación y placer
  2. Post-Compra: sentimientos de remordimiento y tristeza porque la compra ha terminado y

por la pérdida de control que se ha experimentado.

 

SÍNTOMAS COMUNES EN LAS COMPRAS COMPULSIVAS

  • Necesidad de gastar cuando se dispone de dinero u otras formas de pago como tarjetas de crédito
  • Se compran cosas innecesarias o de las que ya se disponen
  • Se gasta más de lo que se puede pagar.
  • Tener deudas económicas a causa de las compras
  • Las cosas que se compran pueden no llegar a usarse nunca
  • Experimentar sentimientos de vacío o tristeza cuando se han terminado las compras o no pueden realizarse
  • Sentimientos de culpabilidad y remordimientos cuando se es consciente del comportamiento y de los gastos que se han tenido.
  • Las compras y/o gastos son motivos de discusión o conflicto en la familia
  • Comprar como forma de evadirse, distraerse o sentirse bien.

Si quieres saber Cómo prevenir las compras compulsivas sigue leyendo!

Article escrit per Abigail Mora

Psicòloga Sanitària i Forense

Núm.Col. 16.385

Centre de Psicologia Giner de Sabadell

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